La sexualidad en la tercera edad

 Tercera edad

Lucy y Miguel, se divorciaron por una infidelidad de él. Ella fue la que se fue de la casa donde criaron a sus 4 hijos. Después de un  tiempo, la segunda relación de Miguel tampoco funcionó, y se separaron. En un Encuentro Matrimonial, Lucy logró perdonar a Miguel, y acordaron darse una nueva oportunidad. De tal manera que volvieron a contraer matrimonio civil, y replantearon su relación. Lucy regresó a su casa pero ocupó la habitación de uno de sus hijos, ahora todos casados y con vidas independientes. Ambos trabajan en un grupo de matrimonios y dan consejería.

Actualmente tienen 68 y 74 años de edad respectivamente. Y Aunque trabajan en común y comparten los mismos intereses, parecería que su vida de intimidad está cancelada (lo que sería muy respetable si así lo hubieran decidido). Pero la verdad, es que ellos mismos confiesan que se hacen mutuamente visitas nocturnas. Lo que le aporta además una dosis de aventura a su relación. Son colegas, amigos, esposos, amantes y además, cómplices.

Contrario a lo que todo mundo piensa, el hecho llegar a una edad avanzada no equivale a cancelar la vida sexual ni erótica de la pareja.

 Con los años, el apetito sexual disminuye, pero no desaparece del todo. Es un derecho, y la persona puede vivirlo y disfrutarlo tan plenamente como lo desee.

El ejercicio de la sexualidad en la vida adulta, tiene además, el “plus” de que se trata de satisfacer sólo uno de los principios de la intimidad sexual, que es la unión de la pareja y la consecución del placer. El principio de reproducción ya no implica una obligatoriedad, ni un riesgo.

Si bien es cierto que con el avance progresivo de la edad, los hombres dejan de tener la misma capacidad de erección y las mujeres pierden cierta lubricación, también es cierto que la vida sexual y erótica de la pareja no se limita a la penetración. Sigue presente el juego de la seducción y la coquetería, el intercambio de caricias, besos, etc.

Aunque la penetración no es un fin. Tampoco tendría que estar vedada en la relación de una pareja mayor. Pues en los casos de disfunción eréctil y la sequedad vaginal, siempre existen remedios terapéuticos.

La persona que comprende que no puede tener los mismos encuentros con su pareja (en intensidad y frecuencia) como cuando eran jóvenes. También tendría que aprender a ser paciente, respetuoso y solidario con las necesidades de su pareja. Nuevamente, el mejor instrumento de la pasión, es el diálogo abierto, tierno y amoroso.